Capítulo 6: Verdades.

Inconscientemente se le dibujó aquella odiosa e irritable sonrisa, pero esto se debe a que quería llamarla por su apodo pero antes de que pudiera decir algo, ella se le adelantó.

- Como me llames ‘pelo chicle’ te juro que yo sí que te dejaré estéril y no te estoy tirando ningún farol.- amenazó mientras le observaba detenidamente.

- Estoy empezando a pensar que me odiáis, no hacéis nada más que amenazarme, jajaja.- bromeó como si nada hubiera pasado anteriormente.

Kristal se limitó a ayudarle a levantarse, se fijó en la expresión de Rick, parecía que nada había salido muy bien con Shiva, también llegó su hora de aclararle ciertos temas a Rick, pero, ella sabía perfectamente que le iba a costar dar el primer paso a una gran verdad.

Durante un cierto tiempo, mientras le conducía por los pasillos, el silencio se hizo lider del ambiente. Kristal no podía aguantar de mirarle de reojo, en cambio éste, estaba quieto, con los ojos fijos al suelo, sin aquel brillo que solía tener.

- De momento no voy a comerte, así que puedes hablar.- dijo mirando al frente.

Rick alzó la mirada hacia a ella, volvió a sonreír en forma de gratitud pero sus ojos le delataba que mentía, además aun seguía con ese toque de tristeza en ellos. Era extraño que ella tuviera lastima por él, siempre que le veía le recordaba a esa persana importante para ella, y eso, le irritaba.

- ¿Cómo sabías… que estaba allí?- preguntó Rick mientras observaba el suelo.

- Una simple coincidencia.- dijo secamente.- Rick...- murmuró.- Me cuesta decirte esto... La verdad es que prefería dejarlo en el olvido pero...- Se mordia el labio mientras cerraba los puños con rabia.

- Bien. ¡Más cosas que saber! ¡Yuhu!- su tono fue irónico, ignorando la reacción de Kritstal completamente.
Estaba harto de que todo el mundo le ocultaran las cosas, por que fuera el nuevo no era una excusa de que le alejaran de ciertos temas....- Veamos, ¿esta vez de qué se trata? ¿Mi hermano es un pervertido buscado por la ley? Ah, no, no, mejor esta: ¿soy yo la oscuridad a quién temen todos?- Comenzó a reír, aquella risa era amargada hasta a Kristal sintió cierto pinchazo en aquella carcajada tan poco familiar…

- No. Es sobre que te odio.- hizo una pausa mientras paraba de caminar.- ¿Nunca tuviste curiosidad de por qué te trataba como una escoria?

- Uhm, un día pensé que me odiabas, después que me cogiste manía y supongo que por último porque te llamaba pelo-chicle.- se encogió de hombros como si a penas le importase mucho.

- ¡No, estúpido, no!- golpeó violentamente el puño contra la pared, y al par de segundos, un fino hilo de sangre recorriera por sus nudillos, lentamente.- No comprendo por qué os tenéis que parecer tanto… si de sois dos polos opuestos.- susurró.

- ¿Kri-Kristal?- alzó una ceja sin entender aquello último que había dicho.

- Un día, Shiva me preguntó que por qué te odiaba…, y la contesté que amé a tu hermano pero él no mostró ningún sentimiento hacia a mi… Resulta que eso fue verdad, pero no era el verdadero motivo.

Las frías y cortantes palabras de Kristal aterraban a Rick. Jamás la había visto tan agresiva y tan alterada, ella estaba tocando un tema serio, por lo menos un tema serio para ella. Por tanto debía tener cuidado y no herirla para no acabar mal parado.

- ¿Te gustó Jack?- abrió los ojos como un plato.- ¿En serio?- seguía sorprendido e intentaba aguantar la risa.

- Eso ya no tiene importancia.- comentó mientras le miraba cara a cara.- Tuve un hermano, un hermano similar a ti, él... era lo único que me importaba realmente...

- Pensé que Leiya era tú única hermana… ¿qué le pasó?- preguntó curiosamente olvidando el último detalle.- Un momento, ¿has dicho similar a mí? ¿En qué?- mostró cierta curiosidad en aquel tema.

- Leiya es un experimento, un simple experimento con la imagen de mi madre en su niñez…- su tono fue frío.- A la que poco a poco enlacé ciertos sentimientos parecidos a la unión de unos hermanos. Pero no es mi verdadera hermana.- suspiró.-  A mi verdadero hermano lo quemaron vivo, y el responsable es Silker.- desvió su mirada, en sus ojos se podía observar que retenía las lágrimas para no derramarlas y no aparentar ser una débil. Como de costumbre, Kristal se tragaba su orgullo.- Uff- volvió a suspirar agotada.- En el término similar me refiero a qué erais como dos gotas de agua. Idénticos.

- ¿¡Silker!? ¿¡Por qué!? Y… ¿cómo que me parezco a él?- Todo era tan confuso, cada cosa que le ocultaban era algo peor de lo que se esperaba, como si varias estocadas le atravesara el cuerpo sin llegar a matarle definitivamente.

- Órdenes de su rey. Ahora mismo te encuentras en su palacio.- se empezó a reír irónicamente.- ¿Aún sigues sin captarlo no? Tú y yo, desgraciadamente somos primos…

La palabra primos resonaba en su cabeza, como si un eco se tratase. ¿Era posible eso? Nunca hubiera caído en tal cosa. Kristal la caía bien, le encantaba picarla pero nunca pensó que ellos dos podían ser familiares, por un momento temió que todo cambiaría.

- ¿Te acuerdas cuándo Marcus me llamo princesa? Cómo odio esa palabra…- Rick asintió con la cabeza con lentitud, aun estando en un estado de shock.- Mis padres provienen de un reino del mundo Stellar. Si, en otro mundo, es decir en otro planeta... Los reyes de Kiria, es decir antes de que Kiria se dividiera en varios continientes gobernador por reyes; se asustaron de que nosotros, los parientes más cercanos al dios del rayo, Zeus; les arrebatásemos sus tronos… Mataron a todos los ciudadanos, ¡incluyendo niños!- gritó indignada.- Yo y el resto de mi familia y algunos de los supervivientes escapamos hacia Kiria... después ahí los asesinaron a casi todos… Hasta mi hermano.

- No… No ser que decir…

- Ni tienes que decir nada.- su voz volvió a ser cortante y seca.- Mira, sabes que tu madre es una diosa, ¿no?- El moreno volvió a asintir.- Ella es descendiente de Zeus, haber Rick, céntrate, que hoy te daré un curso sobre los dioses. Zeus, elemento del rayo, dios supremo; hermano de varios dioses inferiores a él. Uno de ellos el gran conocido Hades, dios del inframundo. Si alargamos la rama familiar llegaremos a una zona donde encontraremos a la preciosa Asteria y Astero, diosa y dios de las estrellas; hija de Ceo y Febe- Milagrosamente, mientras se centraba en la explicación, sin que se diera cuenta, sonrió a la nada. Fue una sonrisa iluminada y apenada pero una sonrisa bonita.- Según cuenta la leyenda, Asteria, era una titánide que fue perseguida por Zeus, al quien quería poseer a Asteria. Entonces, ella se arrojó al mar antiguo (Mar antiguo*: se refieren al mar de la Tierra, antes del Apocaliptico.) y se convirtió en una isla llamada Delos. Pero cuando la Tierra iba a renacer, la isla se convirtió en un precioso planeta donde se podía contemplar las más bellas y hermosas estrellas del firmamento pero un día se acercó un meteorito. Y de las pocas fuerzas que conservaba, apenada de que aquel bello mundo se desintegrara en la nada y desapareciera, eliminó el meteorito sacrificándose su propia vida… Y durante unas décadas fueron originándose los humanos y dando nombre al planeta como Stellar, una palabra que proviene de estrella…

- Joder pelo chicle… Si te gusta enrollarte en temas profundos, ¿no?.- intentó reír pero la mirada desafiante que le hechó Kristal le hizo que se echara para atrás.- Entonces… resumiendo, Asteria y Zeus son… ¿familia? Lo que conlleva que yo soy descendiente de Zeus y tú de Asteria, y eso hace que seamos primos…-Se notaba que Rick iba cogiendo las piezas de los puzles.- ¿De verdad que me parezco a tu hermano?- sus ojos se le iluminaron de repente.- A lo mejor nos habríamos llevado bien… pero, ¿cómo pudo hacer eso Silker?

- No lo sé, jamás supe que fue él quien planeó la emboscada y quemó mi hogar, donde se encontraba mi hermano y los demás… Me lo contó cerca del templo de los muertos, intente huir de él, pegarle, matarle…

 - Él me sujetó pero yo intenté forcejearme y ahí fue cuando tropecé y caí…

- Así fue como te hiciste ese rasguño en el brazo y cuando empezasteis a estar raros vosotros dos… Es curioso, yo ya pensé que erais pareja.- miró atentamente a Kristal, pero ella no le pegó ni le amenazó, es más, se ruborizó y empezó a ponerse nerviosa.- Volvamos con los demás, pri-mi-ta.- Acabó la conversación y se dirigió por el pasillo oscuro.

- ¡No me llames así! ¡Prefiero lo de pelo chicle! ¡¿Rick, me estás escuchando?! ¡No me ignores cabeza de troll!

Siguieron caminando en silencio, dirigiéndose con el resto del grupo hasta que, de repente se pararon en una habitación donde cuya puerta estaba entreabierta. Rick agarró el pomo para abrirla completamente pero Kristal le aferró el brazo, deteniéndole.

Éste quiso rechistar cuando Kristal le hizo el típico gesto para que se callara.  Después de aquello, se acercó sigilosamente a la puerta, apoyando su oreja derecha en ella y escuchando atentamente la conversación que se entablaba en el interior de aquella sala.

- Los tenemos en el reino, Marcus. Ahora mismo se hallan cada uno en sus perspectivos aposentos. ¿De verdad son tan peligrosos?

Rick se aproximó al único hueco que permitía ver lo que se hallaba ahí dentro. Una vez ya fijó bien la vista, observó como el rey de Halkia sostenía una esfera, la misma esfera donde Sylvia miraba su gran serie: ‘El último Guardian’. Pero el rey no parecía que estuviera viendo alguna película es más, estaba hablando a través de ella y de esta se transmitía el rostro de una persona a quien conocía perfectamente, rubio, con ojos azules, aquel ser a quien odiaba perfectamente, Marcus.

- Su majestad, son tan peligrosos que son los culpables de estas terribles desgracias. Si mi señor, ellos quieren invocar a la oscuridad…

- ¡Eso es imperdonable! ¡Ya entiendo porque Silker abandonó su puesto!- gritó alterado el rey. Se levantó de su cómoda silla y empezó a dar vueltas por toda la sala, como si idease un plan para capturarlos.- Pero, ¿los queréis vivos o muertos, Marcus?

- Dejarlos con vida, aunque si alguno fallece daría igual excepto a la que llaman Kristal, Rick y la Ritro elegida. Esos tres son valiosos, la primera de ella es la única superviviente del reino Stellar; el segundo es hijo de Arthur Redfrod, mi señor. Y la última poseé cierto poder que nos sería beneficioso en estos tiempos que corren....

Rick, quien espiaba a su majestad, empezaba a ponerse nervioso. Ya era difícil llegar al final de este puzle y más lo será ser buscados y capturados por toda la realeza, pero lo peor, era que Marcus era un gran amigo de aquel barrigudo con pinta de papá Noel y lo estaban engañando.

Estaba inmóvil, no podía, ni quería; moverse. Parecía que el rostro de Dereck observaba a Rick con atención, como si le estuviera hechizandole. De repente, tenía ganas de entrar en aquella habitación pero una gran fuerza le arrojó hacia atrás, sin duda, aquella fuerza provenía de Kristal que le miraba con aquella cara asesina con ganas de matarlo ahora mismo.

- No hagas estupideces y por una vez piensa, aunque pensar no sea lo tuyo.- le susurró con un tono algo grotesco.  Rick, se limitó a afirmar con un movimiento de cabeza.- Ahora, silenciosamente, iremos a por los demás y huiremos…

- Pero…

- ¡Shh! Después harás la preguntas, ahora, confía en mí.- Aquella frase fue algo más maternal, como si Kristal quisiese proteger al único que le quedaba de familia. Era extraño, más viniendo de ‘su pelo chicle’.

Y sin momento de pestañear, ahora mismo se encontraba corriendo – lo más sigiloso que se podía – por los pasillos reales. Entró en la primera habitación donde dos de sus amigos se hospedaba en ella, la habitación era de Toby y de Silker.

Los modales de Rick eran muy pocas ortodoxas, le dio una gran patada a la puerta que hizó que provocara un sonido horrible al chocar contra la pared, si lo hubiera dado un poco más fuerte, la puerta había quedado en trocitos -y eso que tenía que ser silencioso-. Ambos, Silker y Toby; se levantaron asustados de la cama, observaron con cautela a Rick, quien le iba fallando la respiración. Antes de que Silker o el pequeño pudieran decir algo, Rick, con toda su energía – de lo que quedaba – aferró el brazo de Silker, agarró a Toby cogiendole a caballito y los arrastró hacia a fuera.

Mientras Kristal, solo tenía que avisar a Lirfo y Shiva, contando que los demás – Dereck, Naol, Becker y demás integrantes – se hallaban en un hostal asiático. Golpeó con fuerza la habitación de Lirfo, tampoco fue tan silenciosa como tenía que haberlo sido, pero tenían que ser rápidos. Lirfo, con toda tranquilidad se asomó su cabeza por la puerta.

- ¿Kri-Kristal, qué haces aqu…?- preguntó confuso mientras se ponía rojo, aunque, por su piel morena era difícil que se notará que estaba ruborizado.

- Tenemos que salir aquí de inmediato, vamos.- intentó abrir más la puerta para arrastrarle consigo, pero el elfo de cabellos plateados se lo impedía.- ¿Me has oído? ¡Tenemos que huir!

 De su mano, de la mano donde agarraba con fuerzas el pomo de la puerta; empezó a iluminarse de aquel color azul pálido. Lirfo se echó para atrás por simple intuición o por el conocimiento de las artes mágicas que hacía que supiera que Kristal se estaba descontrolando e iba a lanzar un hechizo. Sin darle mucho tiempo a escapar del ataque, la puerta explotó por aquel impacto de aquella pequeña y eficaz estrella que conjuró Kristal. Solo pasó un minuto de que Kristal invocará su poder mágico, pero fue lo suficiente para que Lirfo pudiera analizarlo y saber que su poder se basaba en las creaciones de estrellas.

Una vez ya rota la puerta, Kristal, ruborizada, le dio la espalda a Lirfo. Lo que el elfo impedía era que estaba completamente desnudo por el torso y que solo llevaba puesto la parte de abajo. Ese torso no parecía que fuese de aquel flacucho elfo, estaba bien dotado, lo suficiente para que las chicas se desmayaran al verlo o quisieran tocarlo.

- ¡Yo quería avisarte!- se enojó el elfo.- Ve avisando a Shiva que yo ahora iré.- refunfuñó, aunque no estaba lo completamente enfadado, si no avergonzado.

- ¡Cl-cl-cl-cla-claro!- dijo por fin. Empezó a correr mientras decía:- L-lo-… ¡LO SIENTO!

*         *          *

Cuando ya todos se encontraban fuera, fuera del reino, junto con el restante del grupo que quedaban; empezaron a argumentar lo que pasaba. No tenían mucho tiemp, aún seguían cerca del reinado, lo suficiente para que le emboscaran y los atraparan...

- Haber, a ver que me quede claro esto, ¿ahora los malos somos nosotros?- Aclaró Becker mientras se ajustaba bien el sombrero.

- No exactamente. Somos los buenos pero el tal Marcus ese, no han cambiado los papeles para que no nos entrometamos en sus planes.- Comento, sabiamente; Naol.- Esto se está poniendo cada vez peor…

El silencio se inundó en la zona. Nadie quería hablar de nada, algunos ya pensaba en dejarlo. Pero Rick era el único que estaba acostumbrado a situaciones como esta. Primero al saber que su madre la asesinaron por la culpa de su padre y por él; después al descubrir que Shiva está muerta y cuando acabe esto desaparecerá…; olvidar todo su pasado, de donde provenía por que su padre, quien resultó ser bueno, le borró algunos recuerdos por su bien; encontrarse de nuevo con su hermano perdido, a quien creyó que le abandonó; saber que el jefe de la secta de la oscuridad, el cabecilla quien quiere invoca a Greydorm, es un familiar suyo; y ahora, ser perseguido por las autoridades de este mundo.
Le costó mucho integrarse, aprender sus culturas, acostumbrarse a luchar con bestias, a ver cosas impresionantes, a averiguar muchos misterios que le rodeaban, hacer nuevos amigos…

- ¡Chicos!- Llamó su atención Rick.- No tenéis que deprimiros… Admito que tengo miedo, pero siempre que tuve miedo supe cómo salir de el, pero salí gracias a vuestra ayuda. ¡Vamos chicos, dirijámonos a Halgold a detener la guerra que se avecina! ¡Así, pueda que podremos explicarles toda la verdad!– Por su boca se asomaba aquella gran y reluciente sonrisa picarona y a la vez traviesa, pero aquella sonrisa era más de un niño que de un adulto.- Además, le prometí a Shiva que la ayudaríamos, fijo su mirada en ella.

- Será un viaje largo y duro… Pero hemos salido de muchas aventuras como estás.- afirmó Kristal colocándose junto a Rick.

- Yo soy aquel personaje al que siempre le arrastran… Así que, ¡qué más da!- Comentó Lirfo.

- Y no olvidéis que nosotros siempre estaremos a vuestro lado.- Aclaró Dereck mientras extendía los brazos en señal que toda su tropa estaban con ellos.

- Yo…- Shiva se llevó las dos manos en el pecho, una de ellas estaba cerrada en un puño.- Prometo no ser más un estorbo, por fin me las arreglaré yo sola… Ya no estoy enferma y solo tengo una oportunidad para que esto acabe, y que mejor que teneros a vosotros para que me ayudéis.

- Ahora solo queda el gruñón del grupo.- Dijo Rick mientras se le escapaba una risita y dirigía su mirada hacia Silker.

- Vale, siempre fui yo como el padre de este grupillo.- Aclaró.- Y el que no quería intervenir en los problemas de los demás…, pero eso cambio, ahora dejé el ejército, ya nadie me dará órdenes, ni las daré yo… ¡Podéis contar conmigo!

Rick estiró el brazo con el puño bien cerrado, detrás de él se fueron sumando unos cuantos más. Aquel signo, el de estirar el puño como si fuera el centro de un circulo, aquello simbolizaba una promesa, pequeños fragmentos de recuerdos se le asomaron por la cabeza, veía como dos niños de menor edad prometían estar siempre unidos pasará lo que pasara. Uno de ellos era el mayor, con una pequeña melena de color carbón y una cabeza mas cuadrada; el otro, el pequeño de la familia, ‘el pupas’ como llamaban sus “compañeros”, aquel mote le fue otorgado por siempre llevarse una herida en cualquiera zona del cuerpo, con su típico peinado de punta y esos ojos electrizantes, esos dos niños era él y su hermano.

- Prometeremos que pasé lo que pasé, siempre estaremos unidos a pesar de la consecuencias, ¿entendido?- comentó en tono bajo.

- ¡Prometido!- gritaron los demás alzando los brazos.

Y ese fue el día, en el que todo iba a cambiar, en el más de uno iba a madurar en el viaje que les esperaría, pero todo a su debido tiempo será contado su historia, ¿no es así?