Capitulo 31: El resurgimiento (Parte 1 )

Resultó ser una caminata algo agotadora, entre los baches, las ramas por el medio, las raíces que sobresalían de la tierra,..., era difícil seguirle la pista. Silker aún exhaustivo por perseguirle, no pensó en rendirse. Jack sabia el camino dónde se encontraría Rick, por alguna razón o por instinto.

-          ¡Jack! ¿Hemos llegado?- preguntó con aquella voz agotadora por falta de agua.

-          Impaciente.- gruñó

Silker frunció el ceño al ver cómo le contesto Jack, no le gustó el tono en que se lo había dicho. Jack era un tipo curioso, misterioso sería la palabra exacta. Siempre tan callado y gruñón, quién diría que es el hermano de Rick, el niño estúpido e imperativo, aunque este último tenía algo que hacía que le cogieran cariño.

Después de la conversación con aquel kappa, éste se les había unido ya que decía mantener una cuenta pendiente con el hijo del trueno. Si Silker no recordaba mal, después de amenazar a aquel bicho, éste abrió la boca y les confesó que Rick se encontraba con la Pertigión de las armas y el fuego, eso es una señal de peligro. Todo el mundo sabe que aquella Pertigión era una rastrera que solo ayudaba para herir a Rick, y si le mandó hacia aquel lugar, sería por algo.

-          Y como os prometí, aquí estamos. Ahora, dame mi bote de pepinos.- comentó el kappa.

Al cabo de un rato, ya una vez qué Silker se encontrará a la altura de Jack, pudo observar aquel bello y misterioso edificio. Pintado de un color amarillo, varios dibujos esculpidos por todo los lados, las bellas flores que lo rodeaban, todo era tan armónico y era lo normal, ya que es el templo del dios supremo, Zeus.

-          Oye tú, el saco metálico… ¿¡ME OYES!? ¡Quiero mi bote de pepinos!- seguía insistiendo.

Todos los demás se quedaron muy atrás, ellos no podían aguantar el nivel de Jack y ni se imaginaban que Silker pudiese, aunque, era algo más obvio. Silker, nada más ser niño se alistó al ejército para obedecer órdenes del rey,  lo que con lleva a que fue sometido a grandes entrenamientos, flexiones, abdominales, prueba de resistencia,… y tan solo siendo un niño de quince años. Él era el único que podía haber conseguido llegar al ritmo de Jack.

-          Toby te los dará.- dijo secamente sin apartar la mirada hacia aquel monumento.

-          ¡PEPINOS! ¡TOBY! ¡PEPINOS!- el pequeño kappa salió corriendo como su fuese un guepardo en caza, pero ésta vez, se trataba de buscar al niño bajito con peinado de cresta para obtener su recompensa.

A penas, Silker podía respirar por aquella caminata, lo que provocaba que inspirara el aire frio mediante grandes bocanadas. De repente, lo que le hizo calmarse fue ver aquella figura salir del templo. Era más que familiar, con aquellos ojos azules electrizantes, su pelo negro carbonizado y aquella sonrisa odiosa pero que a la vez mantenía su encanto, es chico, sin duda era Rick.

-          ¡Chicos! ¡Os gané!- dijo mientras les dedicaba una radiante sonrisa que hacían que se le mostrará un hoyuelo en la mejilla izquierda.

-          ¡Idiota! Esto no es una competición.- le contestó Jack, aunque, no pudo negar que se sintió aliviado al verle vivito y coleando.

-          ¡Vamos! ¡Os presentaré a Becker! ¡Es gran tío y va disfrazado de sheriff!

-          ¡Cuántas veces te he dicho que no soy un sheriff!- apareció Becker. Irritado por qué Rick no le tomaba en serio con aquellos ropajes.

-          Maldito condenado…- dijo dificultosamente Silker al no poder, de nuevo; respirar. Pero breves segundos, se le dibujo una sonrisa.

*          *          *

A penas a dos metros de distancia, aún más cansados de lo que estaban, seguían caminando los demás integrantes del grupo. Kristal era la cabecilla del grupo, en frente de todos, guiándolos junto a Leiya a quién tenía sujeta de la mano para que no hiciera alguna de las suyas, conociéndola, uno sabría que si te descuidas solo un segundo, te encontrarías a la pequeña cabalgando a lomos de un centauro. Toby seguía mirando con admiración al señor Naol, era así como ahora le llamaba, mientras Dereck no apartaba su mirada de Kristal.

-          ¿Sabes Kristal? Deberías ponerte ropa más cómoda… al estilo Nubila. Tienes buen cuerpo y deberías presumirlo… No tapándolo.- la aconsejó

-          ¿Sabes Dereck? Cómo sigas con ese plan te arrancaré los ojos con una cuchara. Así te quitaré el placer que da a uno al poder ver.- echó una pequeña amenaza junto con una mirada fulminadora, aquel punto aterrorizo a Dereck.

Cuando llegaron, observaron como todos se agrupaban alrededor de Rick. Toby no se quedó atrás, corrió todo lo que pudo y se hizo paso entre la multitud hasta llegar a los brazos de Rick, sin duda, eran como hermanos.

-          Kris…-la llamó la atención su hermana.- ¿Podemos ir a dar una vuelta?-preguntó con aquellos ojos de cachorrito la pequeña Leiya.

-          Uf.-suspiró.- Con la condición de que Lirfo os vigile.

-          ¡Vale!- Corrió hacia Toby para llevárselo consigo.

-          Lirfo.- miró a su al lado, donde el elfo se encontraba.- Cuídalos, que no se te pierdan.- éste sonrió como respuesta.

Justo cuando Kristal también se encaminaba a saludar a Rick y a su nuevo amigo, Lirfo empezó a buscar a los niños. Solo se distrajo un solo minuto y ya habían desaparecido.

<<Cómo se entere Kristal que he perdido a los niños… Me espero lo peor para mis queridas y sensibles orejas…>>

*          *          *

Los dos niños caminaban agarrados de la mano, lo que provocara que Toby se pusiera más rígido, nervioso e incómodo de lo normal. Sus pequeñas mejillas iban cogiendo aquel color rojizo, y eso hizo que se avergonzará más lo que le llevo a agachar la cabeza durante el trayecto.

Ya debía estar acostumbrado de que Leiya siempre le involucrará en problemas, pero lo hacía de una forma tan mona y simpática que uno no se podía negar, más sabiendo qué, a Toby empezaba a sentir unos fuertes lazos en ella, llamémoslo: amor.

-          ¿A dónde vamos?-preguntó el joven cocinero

-          Por el camino me dijeron las amapolas que por aquí cerca hay un mar, es conocido por la Sun Beach.

-          ¿Te lo dijeron las flores?

-          Recuerda Toby, tengo un cuarto del poder de Rousse… Con lo que hace que controle los pétalos y me comunique con ellos.

Siguieron andando, hasta llegar a aquel hermoso lugar. Una playa con agua cristalina, la arena mostraba un color bronceado, no muy lejos del agua una palmera medio caída, perfecta para treparla y sentarse sobre ella; pero lo que más agradaba de aquel paisaje era la apuesta del sol.

-          Es como si el mar se tragara el sol, ¿no creéis?-  una nueva voz se introdujo entre ellos.

Toby se giró rápidamente hacia aquel nuevo personaje. En él destacaba su pelo largo y gris y con aquellos ojos azules casi grises, también mostraba rasgos de edad, sin duda era un año o dos más mayor que ellos; se encontraba sentado en la palmera inclinada, sin apartar la mirada de la apuesta de sol.

-          ¿Quién eres?- interrogó Toby mientras se llevaba la mano a su mochila para sacar la sartén.

-          ¿Quién soy, quiénes somos, quién eres? Un pregunta sin una respuesta concreta…- vaciló- Llamarme Zero, ¿y vosotros…?

-          Yo soy Toby y ella, la que está en la orilla es mi amiga Leiya.

Lo más irritante fue a continuación, aquel silencio vacío que se originó nada más acabar. Zero no a apartaba la mirada de Toby, parecía que el pequeño le llamaba la atención, hasta pudo sentir aquel pequeño valor que ocultaba Toby entre sus miedos.

-          Pareces buena gente.- le alagó Zero.- ¿Sabes? Yo siempre sueño en vivir grandes aventuras… A lo mejor, algún día, tenga alguna…

-          A mis las aventuras me dan miedo…- confesó Toby.- Solo hay muertes y más muerte…- susurraba manteniendo la cabeza cabizbaja.

-          ¡Toby una botella!- corría hacia ellos sosteniendo entre sus manos una botella, dónde, cuyo interior se encontraba un pergamino.

Zero saltó de la palmera, se colocó junto a Toby y se dedicó a observar la botella. Leiya hizo un movimiento de manos qué, misteriosamente aparecieron unos pétalos rosa de la nada. Estos pétalos sacaban el papel del interior de la botella con cuidado, Toby se sorprendió de que Leiya pudiera controlar tan bien sus poderes, ya que, hace pocos días sus poderes empezaron a surgir y a causar problemas.

-          Déjame que la lea.- rogó el chico de cabellos grises.- Umm, haber dice: “Quién osara encontrar el verdadero tesoro de…”  Está   parte esta borrosa… No la entiendo.

-          ¡Leo yo, leo yo!- comentó enérgicamente Leiya.-  Haber: “Quién osara encontrar el verdadero tesoro de Jyrworld, primero   debería encontrar el  mapa que conduce al corazón de aquel lugar.”

Los muchachos siguieron posando su mirada al pergamino, era extraño lo que decía ese mapa. ¿Un tesoro en Kiria? Era interesante lo que decía en aquel pergamino, a más de uno le había atraído el tema de adentrarse en una fantástica aventura para encontrar el tesoro. A Zero se le dibujaba una pequeña sonrisa, le entusiasmaba la idea del tesoro perdido y era justo el motivo por salir de ese continente y vivir intrepidantes aventuras.

-          ¡Esto es lo que qué quería, un poco de acción! ¡Chicos un tesoro perdido!- posiciono los antebrazos delante del pecho junto con los puños cerrados, estaba más que emocionado por la idea de viajar.

-          ¿Qué… vas hacer Zero?- preguntó Toby.

-          ¡Buscar el tesoro! ¡Veniros conmigo! Imaginaros todo, una aventura que nadie tendrá, un tesoro perdido, millones de criaturas por encontrar…

-          ¡No! Nosotros ya tenemos una aventura y es ir junto a Rick y Kristal a luchar contra la oscuridad.- le contestó Leiya interrumpiéndole pero sin ser descortés.

-          ¿Luchar contra la oscuridad? ¿Arriesgareis la vida por salvar a los demás?... ¡Toby, ven tú conmigo! ¿No decías que las aventuras dan miedo? ¡Da más miedo morir! Y si te vienes conmigo te prometo que no te pasará nada, ¡no habrá más muerte!

La propuesta era cautivadora, por fin algo dónde nadie arriesgaría su vida… Toby se encontraba en una decisión algo comprometido: seguir con Leiya e estar en situaciones peligrosas o irse con Zero, el personaje misterioso de quién se había hecho amigo rápidamente.

Pero, él siempre tuvo la respuesta… Solo necesitaba aquella seguridad para saber si hacia bien, la respuesta estuvo oculta en su corazón; desde que emprendió este viaje por toda Kiria junto a Rick y los demás, demostró en varias ocasiones la valentía que tuvo, conoció millones de personajes peculiares-entre ellos destacaba Nubila, Sylvia, Jack,…- y paisajes preciosos. Ya tenía la respuesta correcta y sabía que aquel miedo no desaparecería tan fácil, lo primero es lo primero, vencer sus miedos.

-          Zero, lo siento. Pero me quedo con Leiya y Rick… ¿Sabes? Tengo cierto presentimiento de qué nos volveremos a encontrar.- dijo Toby acompañado con una sonrisa sencilla.

-          Bueno, lo intente… Espero que tu presentimiento sea cierta y nos volvamos a ver...

-          ¡Chicos! ¡Chicos venir!- aquella voz… Era la de Lirfo.

El pobre elfo seguía buscando con desesperación a los dos diablillos. Cada minuto que pasaba, más miedo tenia de lo que le iba hacer Kristal si venia sin los niños. Por lo bajo se maldijo <<Por qué todo me pasa a mi…>>

-          ¡Tenemos que irnos Toby!- agarro la muñeca de éste y le arrastro- ¡Pobre Lirfo!

-          ¡Zero, te prometo que nos volveremos a ver y qué cuándo acabe todo me dirigiré a Jyrworld!

-          ¡Claro que sí, ansiaré por el reencuentro!-gritó Zero.- Claro que si…, Toby Filgord…-mencionó antes de desaparecer misteriosamente.

*          *          *

Las nubes de tormenta oscurecieron el cielo azul. Un par de rayos se mostraron por el sombrío cielo y pocos segundos después, empezó a caer breves gotas de lluvia hasta que comenzó a diluviar.

Los niños junto al elfo corrían en dirección hacia el templo, pero llegó a un momento qué, se dieron por perdidos.

La lluvia los empapaba a todos. Lirfo sacó el libro mágico y empezó a pronunciar un conjuro. Los niños no entendieron nada ya que lo que decía Lirfo era la lengua muerta de los Ritros, aquel elfo tenía bastantes conocimientos sobre la magia. Al rato, creo una capa por encima de ellos para que la lluvia les dejará de mojar.

Siguieron caminando, aún perdidos sin saber si iban por el buen camino. Llegó un momento donde Toby resbaló por el barro y cayó a un lago. El mismo lago dónde se encontraron con el kappa.

-          ¡Toby! ¿Estás bien?-gritó Leiya.

Toby asintió, observo como las gotas de lluvia caían sobre aquel hermoso lago, pero eso no fue lo que más le llamo la atención, si no, ver a una muchacha bailar sobre el agua. Aquellos movimientos hipnotizaron a Toby. La chica bailaba con los ojos cerrados, manteniendo un equilibrio sobre el agua y realizando fantásticos movimientos a lo que se denominaba como danza.

-          ¡Gafny!-grito alguien.

La bella muchacha dejó de bailar y fue acercándose hacia el origen de aquella voz. Tardó un poco para percatarse de que Toby la observaba, cuándo se dio cuenta le dedico una delicada sonrisa pero, la reacción de éste fue enrojecerse y seguir mirándola con aquella cara de embobado.

-          ¡Toby vámonos!- le llamó Lirfo.

                                                             *          *          *

Ya todos se hallaban en el interior de aquel edificio. Toby seguía recordando aquella chica y Leiya se percató de aquello lo que provoco cierto enfado mientras arrugaba el entrecejo.

-          Rick, te presento a Gafny. Es un fauno, solo qué, ahora por una pócima adopta forma de humano.-comentó Becker quien se encontraba al lado de la chica del lago.

-          ¡Es ella!- alzó la voz Toby mientras la señalaba con el dedo índice.

-          ¿Quién es esa?- pregunto groseramente Leiya.

Gafny les sonreía a todos aunque por parte de Leiya recibió una mirada no muy agradable.  Rick se acercó hacia ella y le miro con curiosidad.

-          Hola Rick. Tenía ganas de conocerte.- sonrió la pequeña fauno.

-          Verás Rick, Gafny ha estado entrenando duro para la resurrección de la Pequium de los cielos. Ya sabrás que solo hay dos Pequium en este mundo, el del infierno y el de los cielos…

-          Pues… No me suena mucho eso del Pequium…- alzó una ceja.

-          No es de extrañar que Rick tenga una memoria pez.- comentó Kristal introduciéndose a la conversación.- Bueno, ya es tarde. Vayámonos a dormir.- finalizó la conversación.

Las chicas siguieron a Becker quien les guiaba a sus habitaciones, mientras los chicos se tenían que conformar en dormir en la sala de urgencias que había en el templo. Rick sentía cierta curiosidad en aquel fauno, la resultaba hasta familiar… ¿Pero de qué?