Capitulo 27: Recuerdos Amargos

Estaban atolondrados, patidifusos, sorprendidos a quién observabas con sus propios ojos. Fue tal sorpresa que Dereck se frotaba los ojos para afirmar lo que estaba viendo. Silker tiro el equipaje de arquería al suelo; Jack como de costumbre ni se inmutó y Kristal… de sus ojos brotaron cientos de lágrimas, era algo extraño en ella echarse a llorar pero no tuvo elección; y fue corriendo hacia él.

-          ¡Estás vivo!- le abrazó.- ¡Condenado elfo lo que me hiciste pasar!- se separó de él y le dio un puñetazo al hombro.

-          E-esto… Perdonar si os he preocupado… - empezó a mirarse- Mmm… ¿Por casualidad no sabéis dónde está mi armadura? Es que… estoy en paños menores por sí aún, no os habéis percatado…

Kristal le observo mejor y era verdad, andaba en ropa interior. Ésta se giró rápidamente avergonzada y con la cara roja. Dereck se acercó lentamente hacia ella y con un susurro la dijo:

-          ¿Qué, aprovechaste con ese abrazo?- insinuó

Para su contestación de parte de ella, fue un gruñido.

*      *       *

Al cabo de un rato, ya una vez Lirfo vestido; entablaron una conversación. Jack seguía en el suelo, sentado; y los demás encima de un sofá blanco. Kristal parecía estar nerviosa viendo la actitud de Jack.

-          Jack, ¿se puede saber qué hiciste todo este tiempo?- rompió el hielo Silker.

-          Dormir. Ya os dije antes qué no soy el niñero de nadie. Pero antes, tú, orejas puntiagudas… ¿cómo que has resucitado de la nada?

-          Pues…-pronunció en cabizbaja- Shiva...- empezó a mirar a Silker y a Dereck, ya sabiendo que este último era su hermano.

-          ¿¡QUÉ LE OCURRE A SHIVA!?- empezaron a gritar Silker junto con Dereck

-          Esto… ella… me resucitó mediante el sacrificio… Y con la ayuda del fénix mágico.

-          ¿Y cómo sabes que es ella y no otra persona quién te resucito?- pregunto Jack, que ya parecía interesarle la conversación.

-          No lo sé… Pero estoy seguro que es ella quién me ha resucitado.

Dereck salió de la sala tirando la mesa y, enfadado, dio un puñetazo a la puerta con la que al final quedo abollada y dificultosamente se abrió. Silker salió tras su búsqueda.

-          Já- bufo Jack- Shiva volverá con vida, más sabiendo que Rick esta con ella y es tan cabezota que consigue lo que se propone…

-          Espero que sí…- comento Lirfo.

-          ¡Y ahora los niños! ¡Ya que tú, Jack. No nos ayudas, los buscaré yo sola! -le echó en cara.- ¿Dónde podrán haber ido?-susurró. Kristal también salía de la sala.

Ya una vez que ya no se le veía, Jack se levantó y se asomó para haber si se había ido realmente. Una vez que se había asegurado que nadie andaba por ahí, volvió a sentarse a su sitio.

-          Uf, se fue. Es tan cansina que me recuerda a Rick.- hablo en voz alta Jack.

-          ¿Pero… antes fuisteis amigos no?- pregunto el elfo.

-          Camaradas. Solo compañeros de viaje.- se levantaba- Lirfo, este grupillo esconde muchas cosas. Es casi interesante… Pero, yo soy el único que se percata de esas cosas.- Después de terminar la frase, se dirigió hacia a la salida.- Además, son muy canteosos y con tal de solo mirarles saben lo que oculta, pero creo que soy él única de quién se percata de estas cosas.

-          Eh…- Lirfo estaba aturdido, sin saber que decir.- ¿A dónde vas?- gritó, pero nadie contesto a su pregunta.

*      *       *

De aquel grifo volvían a caer gotas de agua. El niño caminaba tranquilamente por la cocina. Todo era silencio, odioso para el niño.

“PUM,… PUM,… PUM”, los latidos del corazón aceleraba cada dos por tres, parecía que el corazón en cualquier momento iba escapar.

En el centro de la sala se hallaba una mesa con bonitos decorados. Había un jarrón y en el flores marchitas.

El niño de ojos azules, como el cielo; seguía caminando. Se asomó a la otra punta de la mesa, y ahí, se encontraba un cuerpo.

Salió corriendo hacia aquello, se arrodillo ante él y empezó a coger la mano del muerto, acariciándolo dulcemente contra su mejilla húmeda por culpa de las lágrimas.

Estaba frió, la piel era pálida y alrededor de aquel cuerpo inerte había un lago de sangre.

-          Mamá… Mamá… ¡Abre los ojos! No me dejes… No me dejes como todos lo hicieron… ¡MAMÁ!

La mano que Rick sostenía se empezó a mover. El pequeño niño abrió los ojos al ver que la mano se movía. Desvió la mirada, primero que vio fue una espada que se hallaba junto al cuerpo, de gran extensión, parecía pesada y además poseía una enorme hoja; y después echó la mirada hacia el origen del sonido qué tanto le irritaba, el del grifo, que seguía goteaba; le ponía nervioso.

-          Rick… Yo siempre estaré contigo.

Aquella voz… no era la de su madre, era aún más conocida. Volvió a observar la cara del cuerpo, ahora era más pálido, con cabellos largos y rubios, y unos ojos morados que los observaba.

-          ¡Shiva!- grito Rick. Y aquel cuerpo le sonrió.

En un abrir y cerrar de ojos el cuerpo desapareció y la habitación donde se encontraba cambio radicalmente.

Rick observo a su alrededor, había cambiado radicalmente. Este lugar… le sonaba. ¿Pero de qué?

Un templo, sí, eso era. Aquel templo se encontraba enfrente de suya. En los alrededores había ciertas plantas curiosas y un enorme prado. También había luciérnagas… o eso creía él, hasta que se acercó y pudo observar a unos pequeños y ligeros, seres voladores.

Rick se adentró en el templo, y con asombro, abrió los ojos. Delante suya había una figura humana, pero eso no era lo más curioso; era él… Era su mismo cuerpo pero con distintos ropajes.

-          ¿Qué?- se volvió a observar a sí mismo, ya no mantenía su forma de niño, ahora estaba en su verdadero cuerpo.

-          Hola- le sonrió su otro yo.

-          ¿Q-Quién eres?- frunció el ceño. Se llevó la mano a su espalda, quiso desvainar la espada y defenderse, pero algo le desconcertó.

-          ¿Buscabas esto?- Y entre sus manos sostenía la espada.- ¿Sabes que aún sigue estando  maldita?- Se quedó observándola.

-          Lo sé- bufó.- No me gusta que me plagien la imagen… ¿Quién diantres eres?

-          Vengo de buenas- sonrió. <<Maldita sea, tiene mi misma sonrisa>>, pensó Rick.- Tenemos la misma sonrisa. No te molestes, puedo saber en lo que piensas. Digamos…- tiro la espada de modo que Rick pudiera cogerla al vuelo- Que somos familia.

-          Hum. No me dices mucho.-recapacitó e hizo una breve pausa.- Empecemos de nuevo. Soy…

-          Tampoco te moleste, sé quién eres. Te llamas Rick. Y yo soy, bueno podríamos decir que… tenemos mismos descendientes. No por padres… si no algo más alto.

-          ¿Más alto? Háblame más claro que no te entiendo… ¿Te han recomendado alguna vez ir a la escuela? Enserio, haz me caso ahí aprenderás a explicar correctamente. ¡O yo te doy clases! Claro, si me pagas...- volvió a ponerse la espada a su espalda y se llevó las manos a la nuca quedándose en su postura más cómoda.

-          Jajaja-rió el otro muchacho- Si quieres saber más de mí, pregúntale a Kristal.

-          ¿Pelo chicle? ¿Ella qué tiene que ver con todo esto?- se estaba enfadando y eso era malo.

-          ¿Ehm? ¿Quién es esa ‘pelo chicle’? Bueno, da lo mismo. Tú pregúntale a Kristal, fijo que la conocerás…

-          ¡Quiero que me lo digas tú robador de imagen! - Empezó a cabrearse. ¿Qué tenía que ver Kristal con esto?

-          Me temo que es imposible que yo te aclare las cosas…, no volveré a rondar en tus sueños o mejor… recuerdos. Además, estás abriendo los ojos, vas a despertar. Ha sido un placer conocerte,… primo.

La imagen se volvió borrosa. Una luz cegadora pasaba como relámpagos por los ojos adormecidos de Rick.

Éste notaba que no andaba, que sino, le llevaban a cuestas. Iba cómodo pero empezó a ponerse algo inquieto de la situación, al saber quién le llevaba, Nubila.

-          Nu-Nubila…-susurró

-          ¡Buenos días dormilón!- exclamó con una sonrisa

-          Hum.- No sabía reaccionar, es más, estaba confuso. Hasta que le vino una imagen de aquel sueño tan extraño que tuvo. Aquella imagen, rodeado de un charco de sangre… y en él, el cuerpo de Shiva.- ¿D-dónde… está Shiva?

-          Tranquilo… Le hice un templo dónde colocar su cuerpo.

-          ¿Así? -alzó una ceja

-          No.- Nubila observo a sus espaldas el rostro entristecido de Rick. Tenía que animarle cómo sea.- El fénix mágico se llevó el cuerpo. Dijo que es mejor que se lo lleve él antes que lo encuentre otro y lo utilice a base de experimentos… Sabes, los Ritros poseían una cualidad que todo el mundo quería tener, la cura.

 Rick no la hacía caso, se adentró en el mundo se sus pensamientos, de sus deseos de haberse declarado antes… De no perder más tiempo. Aquel sentimiento le invadía constantemente que pensaba en ella, y era de extrañar, que no lo odiará.

Llego a analizarse a sí mismo, llegando a la conclusión que, él era aquel tipo que se reía de la vida, que odiaba casi todo, y que pasa de todo el mundo. Sin preocupaciones, solo pensar en él mismo…  Ya no podía negar ser hermano de Jack, tenía varios parecidos.

Pero aquella persona, solo una persona le llego a transmitir que es la amistad, la felicidad… y lo que siempre retuvo en su interior: el amor.

-          Tranquilo.- Le respondió la Pertigión.- Algún día, cuándo tú te mueras. Fijo que la volverás a ver. Recuerda, no es un adiós sino un tarde o temprano volveremos a estar juntos.

-          Tienes razón… Supongo.-suspiro y mantuvo la mirada perdida.- Ella, la hubiera gustado haber acabado lo que empezó. Y yo,… seré quien termine su misión. ¡Acabaré con Marcus! ¡Y con la oscuridad! Pase lo que pase, juró acabarlos.

-          ¡Así se habla!-le animo la mujer azul.

-          Y ahora si me haces un favor… ¿¡Podrías bajarme de tu espalda!?

-          Me niego. Estás mal herido. Tuviste como una especia de trance al coger el cuerpo de Shiva. ¡Y lo que me costó cogerte aúpa! Y ahora, no te voy a soltar por nada en el mundo.

<<Será mejor que no me oponga. Nubila es más cabezona que pelo chicle>> Pensó Rick.

-          ¡Ah!.- Nubila soltó de golpe a Rick. Éste se dio un buen golpe en las nalgas al caer de al suelo.- ¡M-Me… ME HE ROTO UNA UÑA! -gruño.- ¿Tú sabes cómo cuesta mantener unas uñas tan largas como las mías?

-          ¡Aish!- se quejó mientras se iba levantando.- Con que: “No te voy a soltar por nada en el mundo”.-afino la voz como si la estuviera imitando y haciéndola burla al mismo tiempo.- Qué más da una jodida uña. ¡Qué yo tengo vida! Además… ya te crecerá.

-          ¡Auh!.- exclamo indignada.- ¿Te has escuchado? ¡Se nota que no sabes tratar a las mujeres! Ya veo tu futuro.- hizo una breve pausa y se acercaba a él. Ya una vez cerca, le empezó a dar golpecitos con el dedo índice contra el pecho.- Serás un viejo verde,- golpe.-soltero -otro golpe.- y un amargado. TEN-LO EN CUEN-TA.-Estos últimos golpecitos fueron más fuertes.

Rick no pudo aguantar reírse de aquella situación. Nubila le hizo reír, justo lo que necesitaba. Cada vez que el chico de cabellos carbón elevaba su risa, Nubila se enfurecía, ya que no le veía ningún sentido a aquella “risa”.

-          ¡Si te sigues riéndote de mí, te pasará lo mismo que aquellos soldados!- le amenazó

-          ¡JAJAJAJAJAJAJAJA!.-seguía riéndose.- Da igual, jajaja mátame si quieres, pero moriré de la risa aun así jajaja.- intento parar la risa y se puso de golpe serio.- Además, Nubi.- lo dijo con un tono cariñoso lo que hizo que Nubila alzará una ceja.- Tienes millones de años,-Destaco la silaba ‘llo’ de ‘millones’- ya te crecerán.

-          Ni se te ocurra volver a llamarme Nubi.- contestó entre dientes.- ¡¿Me estás llamando vieja!? ¡Ais, estos simples mortales no saben lo que dicen! ¡Rick Redfrod me estás haciendo enfadar, y eso es malo, generan arrugas! ¡Ten por seguro que te mataré algún día!

-          Jajajajajajaja.- se tumbó en la nieve, no paraba de reír, tal dolor que era al reírse que se llevó las manos rápidamente hacia la tripa mientras seguía revolcándose por la nieve.

*      *      *

De nueva en aquella sala, otra vez. La poca luz que daba los orificios rotos del tejado era la única iluminación de todo el cuarto.

En medio, aquel trono sucio y roto, y en él, se hallaba un hombre. No había suficiente luz para que pudiera ver el rostro con claridad. Pero a este le daba igual, ya le conocía lo suficiente.  

-          Mi señor, os agrado de no haberme matado.- aquella voz venia en una de las esquinas oscuras del cuarto.

-          ¡Calla!- ordenó el que ocupaba el trono.

Y entre estruendos, entro en la sala Marcus qué, mantenía unas lanzadas clavadas por todas las partes del cuerpo.

También había rastro de sangre, pero ninguna expresión de dolor. La puerta se cerró lentamente por unos soldados oscuros.

Cerberus, el fiel perro del señor, aguardaba al lado del trono. Nada más ver a Marcus, el pobre cachorro con tres cabezas se escondió tras el trono asustado y gimoteando.

-          Estúpido chucho.- contestó secamente Marcus.

La sombra que permanecía en la esquina, observo cuidadosamente a Marcus. Le miro de arriba abajo, pero sin mostrar debilidad ni defensa… ya que sabía que era un integrante muy peligroso.

-          Bueno, Marcus. Me alaba veros. ¿Qué os contáis?

-          Arg.-gruñió.- Odio estos masajes.- Llevo una de sus manos a una lanza que se localizaba clavada en el estómago y, brutalmente se la quitó, provocando un río de sangre.- Mi señor, parece ser que la Ritro se quitó la vida.- llevo la otra mano a un hombre donde, había otra lanza y repitió el mismo acto anterior haciendo otro charco de sangre.- Y el experimento sigue con el grupillo.

-          Mi querido Marcus… si sigues así morirás desangrado. ¿Cuántas veces te dije que no hicieras aquellos masajes antiguos chinos?- aquello fue una pregunta retórica, ya que Marcus no le contestaría.- Tú y yo sabemos que la Ritro es imposible que muera.- cambió rápidamente de tema.

-          Ya lo sé, ella nació para acabar con nuestro querido amigo.

-          Aún no es nuestro amigo. Por lo menos no por parte de aquella criatura.

-          Shiva…- suspiro.- Sea como sea volverá, muerta o viva ella es la única que puede acabar con él… junto con el descendiente elegido del rayo.

-          Dejo todo en tus manos Marcus… Solo os recordaré, que por mucho que Shiva fuera tu mejor amiga de la infancia, lo único que necesitamos es su poder… Después de eso da igual si está muerta o viva.

-          Si mi señor.- se arrodillo ante él.

 Cerberus seguía en su misma posición. La luz ya ocupaba la mayor parte del castillo. Y lo más sorprendente para aquella sombra espía era ver el rostro de Marcus.

Ya no brotaba más sangres de las heridas de las lanzas, hasta las heridas desaparecieron, pero en cambio seguía permaneciendo las manchas rojizas en el suelo. Fue algo chocante.

Marcus se levantó y pasó al lado de la esquina con lo que se quedó mirando sin mostrar algún cambio en la expresión.

-          ¡Oh! Se me olvido comentaros. Marcus, ¿recordáis al Pequium del poblado de Frethur? Si, al que derrotaron hace tiempo el joven Redfrod y sus amigos…

-          Ajám.- asintió sin cambiar la mirada aquel punto que se movía hacia él.

-          Marcus, aquí tenéis al nuevo y mejorado: Recius. El rey desterrado. Y además, tu nuevo compañero junto con Témhota.

Marcus frunció el ceño, aquello fue una ofensa hacia él. De las sombras salió la imagen de Recius. Seguía igual, ojos marrones, pelo largo y negro, vestimentas verdes…; solo qué, se le veía algo más poderoso. Aunque eso no hizo que intimidara a Marcus.