Capítulo 8: El pueblo Moonlight

En medio del trayecto, los chicos obligaron a que parasen el tren, Rick junto a los demás, abandonaron los vagones y se dirigieron al poblado más cercano, el pueblo de Moonlight, supuestamente, eran habitados por humanos normales, pero más bien tenía la pinta de ser un pueblo abandonado o habitado por fantasmas.  

Silker yacía tumbado sobre una camilla auxiliar que llevaban los cuatros caudillos bajo las órdenes de Dereck; quien cada vez estaba con peor aspecto. Su piel se encontraba fría, como si estuviera muerto, pero aún se le podía encontrar el pulso; al examinarle los ojos, se percataron, de que estos se transformaban en ese color escarlata atrayente y que, de su boca podía verse claramente como los dientes caninos le iban creciendo y asemejándose más a los colmillos de un vampiro, no se sabía si era una buena señal o mala. Como había dicho aquel vampiro podría Silker morir sin más, morir en medio de la transformación o, transformarse en un chupasangre.

Cuando llegaron al poblado se fijaron que estaba construido a la edad media, con farolas de gas, carros que eran tirados por caballos, la acera confundible con la carretera, ambas hechas por piedras uniformes y las casas con sus típicas chimeneas y sus vallas. En sí, el pueblo era algo siniestro, por no decir que en aquel lugar a penas llegaba los rayos del sol, aquel pueblo estaba bajo los rayos de la luna y de la oscuridad de la noche. Había poca gente merodeando por la zona, Naol, se dirigió a una de las pocas personas que se encontraban para preguntarle por un hospital o por el curandero pero éstos, ni le ofreció ni una mirada, le ignoró y se fue con viento fresco.

-          Creo que no somos bien recibido…- comentaba Toby subido a la espalda de Rick.

-          ¿Y si nos dividimos?- preguntó Rick.

-          Podría ser una buena idea, por dos excepciones, podríamos estar rodeados de vampiros y no podemos perder más tiempo.- aclaró Dereck quien se giró para hablarle a la cara, la única pega fue, que Rick, junto a Toby; ya habían desaparecido.- ¿Y nadie me avisó que estaba hablando solo? ¡Por los dioses, proteger a ese alocado de aquellas bestias!- rezó Dereck que se encontraba con pocas esperanzas por la vida de su amigo.

Mientras tanto, Rick y Toby, caminaban tranquilamente por el pueblo. Para Rick, todo le recordaba a aquellas típicas películas de los 60 que veía su abuelo –y que le obligaba a ver-. Sin darse cuenta, acabo en un callejón sin salida, intentó ir marcha atrás pero de repente, dos desconocidos le impedían el paso. Uno de ellos era el típico alto, flaco y el que solía idear un plan, el otro era bajo y gordito que siempre obedecía.

-          Mira, mira, Gord, ¿qué tenemos aquí?- aquella pregunta retórica la formuló el alto con cara de buitre.

-          Mira, mira, que no tengo ganas de jugar.- bufó Rick cansado de que siempre quisieran pelear.- ¿Me vais a dejar paso?- preguntó educadamente.

-          Mira, mira, Flack, si lleva a un niño con él.- comentó el gordito.

-          Le han dado con el mira, mira, ¿eh?- comenzó a perder la paciencia el pequeño cocinero.

-          Mira, mira, Gord, creo que la comida se está pudriendo, será mejor que vallamos a comer, en seguida.- Abrió la boca y les enseñó aquellos dientes largos y bien afilados.

Sin darle tiempo a que Rick dejara al niño en el suelo y pudiera desvainar la espada, los dos vampiros, velozmente se le acercaron pero, se añadió otra figura que se interpuso entre ellos. Ninguno de los dos podían describirla bien, ya que se encontraba de espaldas, aunque lo que sí que tenían claro era que se trataba de una mujer por aquel largo y sedoso cabello.

-          ¿Más preocupaciones?- preguntó Rick mientras se aferraba al mango de la espada.

Esa chica, sin algún motivo alguno, agarró la cabeza del vampiro más gordito y le propinó un golpe con la rodilla, después con un ágil movimiento se volteó, alzando una de las piernas y se la asestó contra el vientre del vampiro más flaco. La desconocida se llevó las manos a los bolsillos y saco dos estacas, cada una de ellas fueron clavadas en los corazones de los vampiros.

-          Correr.- siseó la mujer.

Ella salió disparada, Rick y Toby salieron tras ella. Rick no podía correr más rápido por el peso del pequeño que llevaba en la espalda, pero era lo suficiente para seguir a esa chica. Acabaron en un campo inclinado, seguía oscuro pero eso no permitía que la luz de la Luna diera en el rocío. Delante de ellos, aun de espaldas, se encontraba su salvadora. Su pelo era bastante largo, por no decir que le llegase hasta la cintura, pero su corte de pelo era semejante a la letra ‘V’. Aquella chica observaba el paisaje, desde ahí podían observar el mar a lo lejos  y algunas praderas (bastantes), como se notaban que se encontraba en un lugar bastante alto, quien diría que por la cima del Monte Luna construyeran un pueblo.

-          Oye, muchas gracias por salvarnos.- agradeció el de los cabellos azabache.- Y por hacer que no perdiéramos el tiempo eliminando a esos vampiros.- comenzó a sonreír pero aquella sonrisa no duro mucho hasta ver la fría mirada que recibía por parte de la chica.

-          No están muertos, solo paralizados, si le quitasen esa estacas volverían a la normalidad.- dijo secamente.- No habría pasado eso si no hubierais venido, tú y tu panda de estúpidos.- gritó.

Se trataba de una vampiresa, estaba pálida como los demás, y aquellos colmillos la delataban. Sus ojos parecían que se mostraban normales, eran azules, un azul distinto a los de Rick, no era ese azul celeste, sino, un azul más claro, más brillante y semejante al gris pero lo que también destacaban era aquellos aros dorados dentro del iris que acompañan al color azul, realmente aquellos ojos eran bonitos y extraños. No vestía muy antiguo, o en ese momento no. Parecía ir vestida de mata/atrapa vampiros, con unas botas militares, unos pantalones muy ceñidos semejantes al cuero pero que permitía dar grandes movimientos, un jersey marrón claro y una gabardina de color blanco sucio.

-          Oye, no deberías insultarnos así de la nada, me parece bastante grosero por tu parte… Eres, como si fueras bipolar, ¿nos salvas y nos insultas? No encuentro la lógica…-intervino Toby.

-          Repite eso.- desafió lo que consiguió que Toby se ocultase tras la cabeza de Rick.

-          Pero… Veo que te caemos mal, lo que podría comprender si no fuera por qué nos has salvado.- aclaró Rick quien seguía embobado bajo aquella mirada.

-          Yo,… esto…- no sabía que decir, se quedó en blanco.

-          Intentabas hacerte la fuerte, ¿ehm?- dijo con un tono burlesco.- Que sepas que ya estoy acostumbrado a que me traten de esa manera, jaja. Aunque, tú tienes cara de simpática.- la elogió.

La vampiresa empezó a ruborizarse, abrió más los ojos por el alagó que había recibido, no había pensado salvar a unos mortales por uno de los suyos, pero aquel chico, tenía algo especial, le era de ayuda. Por una vez mostro su simpatía y sonrió, era una sonrisa agradable, bella y sencilla.

-          Lo siento si he sido algo grotesca pero…- intentó explicarlo lo que ocurría, pero a lo lejos empezó a escuchar unos gritos, esa era el momento de salir de ahí y de volver antes de que se dieran cuenta…- Nos volveremos a ver, tenlo por seguro.

-          ¿Qué? P-pero… ¿cuándo? ¿Dónde? Y lo más importante, ¿quién eres?- la machacó a preguntas.

-          Todo a su debido tiempo, cuando yo digo que nos volveremos a ver, es que tú vendrás tras mí.- Sonrió, con aquella pizca de picardía.- Ahora, vuestros amigos os llama.

-          ¿Qué, nuestros… amigos?- Rick se giró junto con Toby que permanecía en la espalda. Al ver que no había nadie se volteo para aclararle ciertas dudas a la desconocida, pero en aquel momento, se fijó que la vampiresa había desaparecido del lugar de donde había estaba antes.- Increíble…

-          ¡RICK!- Aquella voz enojada y con el ceño fruncido, se acercaba Dereck hacia ellos.- Uno de los ciudadanos nos han dicho que no hay ningún centro de emergencia aquí, pero…

-          ¿Pero? ¡Espera un momento! ¡Se me olvidó preguntarle a la chica su nombre! Ahora como la voy a buscar…

-          Rick… ¡CENTRATE! ¡Silker va a morirse o convertirse en unas cosas de esas y tú así tan pancho! ¡Pensaba que él era tu amigo!

-          Para mí él no es un amigo… Para mí es como mi hermano, fue la primera persona que conocí en este mundo y, creo, que es el único que sabe cómo hacer de hermano mayor.- respondió seriamente.

Rick recordó aquel día donde se levantó en aquella playa, lo primero que oyó y vio fue a  Silker. Éste, agradablemente le llevó a su pueblo y ahí fue cuando empezaron todos los misterios al ver el retrato de su padre en un santuario. Cuando Rick le contó que provenía de la Tierra no le creyeron, pero Silker tuvo algo de fe en él. Kiria…, un mundo nuevo, la reencarnación de la Tierra. Todos los pecados, las guerras, se fueron acumulando para crear a aquellas bestias que andaban sueltas lo que dificultaba ir andando tranquilamente por alguna senda. Esto era un nuevo mundo y el castigo de los dioses, pero lo que nunca comprendió fue, por qué él tuvo que ser el “elegido” para sobrevivir a la Apocalipsis y viajar atreves de un agujero negro hacia el nuevo mundo… Tal vez porque él estaba relacionado con aquella tierra, al descubrir que su madre era la hija del dios del rayo, todo empezó a cuadrar. Aquellas pesadillas al recordar la muerte de su madre, al tener la cierta conexión con los rayos –motivo alguno de porque se le quedaba el pelo de punta sin la utilización de ningún producto- y la verdad sobre su padre.

-          Esto me ha parecido una indirecta de que he sido mal hermano con Shiva, no sé por qué.- sonrío con cierta tristeza.- Bueno, nos han dicho que hay una especie de mansión no muy lejos de aquí, nos dirigimos ahí.

-          La mansión de Lucas…- susurró Toby.

-          ¿Qué?- Dereck cogía a Toby para esta vez llevarlo él.

-          Lucas nos dijo, que había una mansión gótica donde solo habitan vampiros… ¿n-nos dirigimos ahí?- empezó a tiritar.

-          Exacto. Vampiros o no, debemos salvar a nuestro amigo.

Dereck empezó a adentrarse dentro del pueblo, en su espalda Toby, quien aun mantenía aquella enorme escayola que le fabricaron Lirfo y Shiva.

Rick, empezó a caminar tras ellos, pero durante un segundo, cuando pasó una ráfaga de viento, tubo la sensación de que alguien les observaba. Se volvió a girar para observar si era la chica anterior, pero de nuevo se encontró con el silencio.

-          ¡Vamos Rick, apúrate!- gritaron

-          Sí, si… voy.- comentaba mientras se rascaba, confuso; la cabeza.

Se dio la media vuelta y empezó a correr. Cuando ya estaba lo más lejos posible, empezó a generarse una sombra del suelo, de aquella sombra aparecía una figura y aquella figura llevaba una capa marrón y se le sobresalía una finas y largas orejas puntiagudas, como si se tratase de un elfo. A su lado, de nuevo, surgió otra sombra y de esa sombra aparecía otra nueva figura pero algo más grande de altura y de tamaño.

-          No le he visto en todo el grupo…- siseó el de las orejas largas.

-          Ya sabes cómo es él, a lo mejor ha huido…- rugió su compañero.-

-          ¡Cállate! ¡No digas esos!- bufó como si se tratase de un gato.

-          No te entiendo, ¿le quieres matar pero le defiendes?... Sigamos en su búsqueda…

-          Aún hay cosas que echó de menos de él… Además, tú le debes la vida, ¿o no? Yo a ti sí que no te comprendo…

-          Mujeres como tú no podrás comprenderlo.- le echó en cara el grandullón hacia su compañera la de las orejas puntiagudas.- No hay tiempo que perder, sigamos.- y como aparecieron a través de una sombra, volvieron a desaparecer por la misma forma.